El diario EXPANSIÓN, líder nacional de la prensa económica, publica en su edición en papel un artículo de opinión de Ramón Cuevas, socio director de Buró4, coincidiendo con la celebración de la Semana de la Arquitectura 2019. En el texto, analiza el presente y el futuro de las ciudades y reflexiona sobre el marco actual en el que se desenvuelve el desarrollo urbanístico.

Así, Ramón Cuevas señala que “la Arquitectura tiene como soporte vital La Ciudad, lo cual es obviamente un axioma, que casi siempre damos por sentado, pero quizás al que no otorgamos la importancia que debería tener”. “La Ciudad es la base de la civilización, de la cultura, del arte, también del turismo y la economía; es el soporte vital de todo ello y fuente por tanto de la actividad”, añade.

En este contexto, el socio director de Buró4 lamenta que “aunque en la planificación urbanística de las ciudades encontremos diferencias entre comunidades autónomas, en función del tamaño, problemática y alianzas políticas, lo cierto es que es habitual encontrar Planes Urbanísticos que tardan más de diez años en aprobarse, si es que no son posteriormente suspendidos o anulados en un proceso judicial”.

Esta situación provoca que “el marco jurídico en el que nos movemos en muchos municipios, y por tanto la ordenación de nuestras ciudades, es el planeamiento urbanístico aprobado en los años 90 del siglo pasado, e incluso de los 80”, apunta.

En su opinión, la Semana de la Arquitectura debe ser “un punto de encuentro de todos aquellos agentes que hacen posible la formación de La Ciudad”. Por ello, Cuevas hace un llamamiento a la colaboración entre “todos los profesionales que intervienen en su construcción, organismos, instituciones, todos los funcionarios y técnicos de las administraciones”.

Esta celebración, según explica, “también debe ser un buen momento para reflexionar sobre la necesidad de entender que la planificación urbanística no puede seguir siendo un pensamiento de hoy, para ser materializado en un mañana indefinido. Debería reflejar el sistema formado por la ciudad y sus agentes, reconociéndolos como participantes verdaderamente activos, capaces de incidir en una transformación flexible”.

“El objetivo del planeamiento no puede seguir siendo el del mero cumplimiento de la norma, sino el de dar una respuesta equilibrada a las necesidades sociales, ambientales y empresariales”, concluye Ramón Cuevas.